MONSTER (1957)Dir. Erik Estenberg
Una reportera norteamericana y su hermana viajan a Tokio para realizar un documental sobre el calentamiento global. En plena entrevista, un terremoto sacude a la ciudad. Sin embargo, no es un terremoto normal. Una bestia gigante se encuentra arrasando Tokio y las dos hermanas intentan escapar del caos mientras “documentan” con su cámara Panasonic todo lo que les ocurre en el trayecto, que no es mucho…
Comentarios:
Hay películas que de tan malas, son realmente buenas. Monster NO pertenece a esa clasificación. No solamente es una película de producción realmente barata, sino que además, es muy aburrida.
David Michael Latt es un productor que siguiendo el método Corman ha logrado posicionar a su películas y a su compañía – The Asylum – en el mercado del cine fantástico llevado directamente a video. Sus filmes son “Rip-Offs” de los grandes éxitos del momento. Son la versión barata de los Blockbusters, vamos. Esta vez, su objetivo fue CLOVERFIELD (2008) de Matt Reeves. Una advertencia: no hagan caso de la portada. De hecho, la portada del DVD es lo mejor de la película. Y no exagero.
Aunque la película tiene momentos memorables dentro de lo peor del cine, estos no brillan porque su cansado guion tiene el don de hacer dormir al más insomne. Es atractivamente ridículo ver a las dos “reporteras” haciendo un documental sobre el calentamiento global con una cámara familiar de mano, sin micrófono ni luces de ninguna clase, cuestión solo sobrepasada por la oficina del importante encargado japonés de los tratados de Kioto: una oficina pequeña y claustrofóbica, donde los sonidos de la calle parecen magnificados y amueblada con un escritorio de lamina que nos grita que esa es realmente la oficina del conserje. De ahí en adelante las dos chicas, en un duelo de actuaciones pésimas, correrán y correrán en busca de la embajada de los Estados Unidos, donde sienten que tal vez algún poder superior podrá protegerlas de la bestia. Por supuesto, cuando la encuentran está hecha pedazos y para ellas es como si se hubiera hundido América.
La película es aburrida porque sus personajes no hacen más que “documentar” su experiencia y esta consiste en hacer eternos “close ups” a sus rostros sucios y apesadumbrados, a pelearse por grabar o no grabar el suceso y a filmar imágenes barridas por correr con la cámara en mano.
Malos diálogos, pésimos e imposibles efectos de distorsión de cámara, y un monstruo de animación digital a medio hacer que solo consta de tres tentáculos y que solo aparece 10 segundos en toda la película (efectivamente, solo 10 segundos) son garantía de que este filme basura no está destinado ni siquiera al baúl de los recuerdos de los fans de estos bodrios.
Tal vez su único don estriba en que a veces logran crear el sorprendente efecto de que las chicas SI están en realmente en Japón. Pero no echen las campanas al vuelo. En poco tiempo filman una especie de pagado china, con letras chinas en sus rejas, para hacernos creer que eso es japonés y finalmente, para rematar nuestra sensación de credulidad, filman en el interior de un restaurant de Sushis, con la férrea convicción de que no puede haber nada más japonés que un rollo de arroz con algas y queso Philadephia.
Dios mío…
[Existen una versión en DVD]
- Guión: David Michael Latt, Erick Estenberg
- Actores: Sarah Lynch, Erin Sullivan
- País: Estados Unidos
- Clasificación: Extraños
Una reportera norteamericana y su hermana viajan a Tokio para realizar un documental sobre el calentamiento global. En plena entrevista, un terremoto sacude a la ciudad. Sin embargo, no es un terremoto normal. Una bestia gigante se encuentra arrasando Tokio y las dos hermanas intentan escapar del caos mientras “documentan” con su cámara Panasonic todo lo que les ocurre en el trayecto, que no es mucho…
Comentarios:
Hay películas que de tan malas, son realmente buenas. Monster NO pertenece a esa clasificación. No solamente es una película de producción realmente barata, sino que además, es muy aburrida.
David Michael Latt es un productor que siguiendo el método Corman ha logrado posicionar a su películas y a su compañía – The Asylum – en el mercado del cine fantástico llevado directamente a video. Sus filmes son “Rip-Offs” de los grandes éxitos del momento. Son la versión barata de los Blockbusters, vamos. Esta vez, su objetivo fue CLOVERFIELD (2008) de Matt Reeves. Una advertencia: no hagan caso de la portada. De hecho, la portada del DVD es lo mejor de la película. Y no exagero.
Aunque la película tiene momentos memorables dentro de lo peor del cine, estos no brillan porque su cansado guion tiene el don de hacer dormir al más insomne. Es atractivamente ridículo ver a las dos “reporteras” haciendo un documental sobre el calentamiento global con una cámara familiar de mano, sin micrófono ni luces de ninguna clase, cuestión solo sobrepasada por la oficina del importante encargado japonés de los tratados de Kioto: una oficina pequeña y claustrofóbica, donde los sonidos de la calle parecen magnificados y amueblada con un escritorio de lamina que nos grita que esa es realmente la oficina del conserje. De ahí en adelante las dos chicas, en un duelo de actuaciones pésimas, correrán y correrán en busca de la embajada de los Estados Unidos, donde sienten que tal vez algún poder superior podrá protegerlas de la bestia. Por supuesto, cuando la encuentran está hecha pedazos y para ellas es como si se hubiera hundido América.
La película es aburrida porque sus personajes no hacen más que “documentar” su experiencia y esta consiste en hacer eternos “close ups” a sus rostros sucios y apesadumbrados, a pelearse por grabar o no grabar el suceso y a filmar imágenes barridas por correr con la cámara en mano.
Malos diálogos, pésimos e imposibles efectos de distorsión de cámara, y un monstruo de animación digital a medio hacer que solo consta de tres tentáculos y que solo aparece 10 segundos en toda la película (efectivamente, solo 10 segundos) son garantía de que este filme basura no está destinado ni siquiera al baúl de los recuerdos de los fans de estos bodrios.
Tal vez su único don estriba en que a veces logran crear el sorprendente efecto de que las chicas SI están en realmente en Japón. Pero no echen las campanas al vuelo. En poco tiempo filman una especie de pagado china, con letras chinas en sus rejas, para hacernos creer que eso es japonés y finalmente, para rematar nuestra sensación de credulidad, filman en el interior de un restaurant de Sushis, con la férrea convicción de que no puede haber nada más japonés que un rollo de arroz con algas y queso Philadephia.
Dios mío…
[Existen una versión en DVD]
